lunes, 11 de abril de 2011

PAYAMÉDICOS: parte II


Ayer a la noche tuve el honor de charlar un rato por teléfono con Mica. Ella es estudiante de medicina. Hace dos años vio un aviso de Payamédicos en el diario y empezó el curso. Fueron 3 meses de clown, otros 3 de clases de psicología más las pasantías. Todo eso para llegar al gran día de la paya entrega, donde junto con todos sus compañeros del curso recibió el título oficial.


"Yo considero a Payamédicos adictivo", cuenta con voz de quien está apasionado con lo que hace. Todos los sábados a las 2 de la tarde, se junta con los colegas en el hospital Udaondo, donde hay muchos pacientes, chicos y grandes, que los están esperando. Al llegar leen algunas historias clínicas, charlan con las enfermeras acerca de los pacientes más delicados, se dividen en grupos y, finalmente, salen a escena.

Extraterrestres

Ellos no son de este planeta, son de Saturno. No conocen nada de lo que hay en la Tierra. Por eso, van de sala en sala pidiéndole a los pacientes que les cuenten cómo es el lugar donde viven, las cosas que les gustan y las personas que aman. De esta manera logran que ellos abandonen por un rato el triste ambiente de hospital, que distraigan la mente, que sonrían.

Pero esto no lo hacen solos. Como todo payaso y como todo médico, ellos tienen instrumentos que les son de mucha utilidad! Por ejemplo, nunca les falta su estetoflorio, un estetoscopio con una flor en la punta; también poseen una jeringaraca, mitad jeringa y mitad maraca que usan como instrumento musical. Esta transfomación que sufren los objetos con los que conviven a diario sirve para que los miren de manera diferente, como algo lindo.

Otra forma de hacer medicina

Cuando le pregunté a Mica por qué le gusta ser Payamédica, le costó encontrar palabras para describirlo. "Es muy lindo. El paciente te agradece tan profundamente...", dijo con vos de quien está lleno de amor. "Ha pasado que hemos visitado pacientes que estaban en terapia intensiva, muy graves, y después, cuando pasaron a la sala, me dijeron que recordaban cuando habíamos ido a verlos. Esas son las cosas que me sorprenden".

Ella me cuenta que antes era mucho más cerrada, médica de librito. Pero hoy, considera que la medicina es otra cosa. "Para mí todo estudiante de medicina debería ser payamédico, porque se logra cambiar la relación médico-enfermedad, por una relación con una conexión más humana", dice segura. "Al buen doctor no lo hacen los promedios, sino otra cosa".


Cortamos el teléfono. Era tarde y al día siguiente tenía un día larguísimo. Pero saber que hay gente que hace cosas tan lindas, hizo que me fuera a dormir con una sonrisa.

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