martes, 12 de abril de 2011

TODO COLOR DE ROSA


Las hormigas se multiplican. En este
 caso superan las 400. Son mujeres, todas vestidas de rosa, que todos los días dibujan una sonrisa en la cara de un nene, una mujer o una familia entera. Sin tener un sueldo, trabajan ayudando a los demás. Desde lo simple de preparar una mamadera hasta asistir a pacientes en terapia intensiva. Es increíble. Son personas que dan sin esperar nada a cambio. Lidia Día, titular de las Damas Rosadas, se define como “una ONG que trabajan dentro de un hospital ayudando a familias.”


Como todo aquel que trabaja, tienen su rutina. Son voluntarias que trabajan un mínimo de 4 horas semanales acompañando, dando contención y confianza a pacientes y familias. Son muchas las tareas que hacen. Trabajan a la par de los médicos entregando medicamentos, dando viáticos y leche, hasta tienen un “Paseo de Juegos” donde cuidan a los bebés cuando sus madres salen a trabajar. Trabajan en equipo dando lo mejor de ellas.


El Servicio de Voluntarias para Hospitales fue creado por Eloisa Casal en 1959. Se apodaron “Damas Rosadas” por el color de su uniforme, todas usan vestido no pantalón. Tienen su propio reglamento: ir a las charlas de capacitación, no fumar dentro del hospital, no leer las historias clínicas de los pacientes, etc. “Me emociona ver con qué compromiso, amor y emoción vienen mis compañeras. Ese es el principal requisito para integrar este cuerpo”, cuenta Stella Tripicchio.



Si querés colabrorar podés hacerlo llamando al 4743.0677 o mandando un mail a damasrosadas@obispado-si.org.ar.
Visitá la página, entrando a http://www.damasrosadas.org.ar/home.php

Creadores de conciencia


Hace un par de dias, Mecha, mi amiga ecologista, me mando un 
mail con el video que subimos   el martes. Hasta este día yo no tenía ni idea que es la mega minería, pero el video me impactó mucho y me puse a investigar.


Resulta que la mega minería es una actividad industrial en la que se remueven grandes cantidades de suelo y subsuelo que se procesan para extraer un mineral (generalmente oro, uranio, plata o cobre). En estas enormes cantidades de suelo el mineral esta presente en concertaciones muy bajas. Esto genera la voladura de montañas, contaminación del agua y lluvia ácida, entre otras . Esto tiene otras consecuencias sobre las personas: cáncer, infecciones en los pulmones, enfermedades en la piel, pero por sobretodo deformaciones en los niños que nacen de mamás que estuvieron expuestas a la contaminación.

Y sabes que? Esto que te estoy contando no es una película, pasa acá en Argentina y en el mundo. Los gobiernos no quieren prestarle mucha atención a los reclamos porque la industria mueve miles de millones de dólares al año, y por eso las leyes que proponen la regulación de la actividad, no llegan a ser tratadas.


En 2007, un grupo de amigos cordobeses se enteraron que querían instalar una empresa de mega minería química en el norte de su provincia. Y decidieron no quedarse con los brazos cruzados. Se pusieron a investigar sobre el tema, y se dieron cuenta que Córdoba iba a ser afectada por una contaminación sideral y protestaron.


Pero también se dieron cuenta que esto ya pasaba en muchos otros lugares de Argentina, se pusieron en contacto. Y así fue que crearon Conciencia Solidaria, una organización interprovincial que busca concientizar  sobre los daños que la explotación natural de todo tipo, le hace a nuestro país.


Hoy, a solo cuatro años de su fundación, esta organización establece un vínculo entre las necesidades ecológicas y
las posibles soluciones para los problemas. Delinean estrategias y usan todas las herramientas que tienen (interrelación con otras personas, grupos de acción, exigencias al gobierno, difusión, educación y muchas otras) porque “La búsqueda de conciencia no se impone, sino que se vive en cada momento”, como dice Cristina, coordinadora de la ONG.

Así llegaron a muchas personas, a todos los famosos del video, a mi amiga Mecha, a mi y espero que a vos también. Esta hormiga nos muestra que no podemos quedarnos sentados, a nuestro planeta lo estan lastimando y TENEMOS que tomar conciencia.

Les dejo el link: http://www.concienciasolidaria.com.ar/ nunca esta de mas conocer un poco mas.

MIRALO!

un adelanto de la nota del jueves...
tomate cinco minutos,  miralo y tomá conciencia...





Unidos por un trabajo justo

Tamara es una persona como cualquier otra, tiene trabajo, amigos, familia y, además, es madre. Está a mil como todos los demás. Pero ella no es como todos. Elige sumarse el arduo trabajo de ayudar a resolver problemas de otras personas. Por eso, es la hormiga de la semana.

A la fundación La Alameda le empezaron a llegar denuncias de trabajadores reclamando ser víctimas de trata o simples empleados de fábricas donde no se respetaban las leyes laborales. No tenían una estructura para responder ante esto, entonces, se empezó a conformar la UTC, Unión de Trabajadores de Costureros. En un principio, buscaban garantizar la documentación de los extranjeros, ya que para poder trabajar en blanco la gente necesita tener una identidad. Hoy, además de nuclear a ex trabajadores de talleres clandestinos, nuclea a trabajadores de fábricas en blanco.


“Habernos enterado de todas estas cosas que sucedían nos provocó indignación, podíamos hacer dos cosas, quedarnos con eso y con la bronca de saber lo que estaba pasando, o hacer algo, y eso es lo que decidimos”, cuenta Tamara cuando le pregunté qué siente al formar parte de la UTC.

Tamara es una de las creadoras de la Asamblea 20 de diciembre, “estoy en la cooperativa desde el comienzo, soy la tesorera y responsable de los proyectos de Mundo Alameda. De esta asamblea se desprende la fundación La Alameda, dentro de la cual se encuentra la UTC, el Centro Comunitario y la Cooperativa Textil.

Luchar contra el trabajo esclavo genera una mezcla de sentimientos. En algunos momentos predomina el sufrimiento al enterarse de nuevos casos pero, por otro lado, siempre llega la satisfacción de poder encaminar la vida de algunas de esas personas que han pasado por situaciones denigrantes.

Es difícil luchar contra esto. Es necesario que si alguno conoce alguna situación similar, se contacte con la fundación La Alameda y así pueda obtener ayuda para defender sus derechos.




A crear se ha dicho!

Hace algunas semanas Maripau subió una nota desde Estados Unidos contando un poco cómo los norteamericanos se preocupan, día a día, por separar los residuos según los materiales de origen. Lejos de ser algo atípico y extravagante, grandes y chicos se acostumbraron desde hace tiempo a esta práctica que no demanda ni tiempo ni fuerza extra. Pensémoslo así… ¿si nosotros mismos no cuidamos nuestra ciudad, quién lo va a hacer?

Tampoco quiero ser apocalíptica ni bajonera, porque les cuento que miles de personas en nuestro país se preocupan por el medio ambiente, se ponen las pilas y aportan su granito de arena. Gente que prefiere guardarse el papelito en el bolsillo o la botella de plástico en el bolso para tirarlo cuando encuentre un tacho de basura o cuando llegue a su casa.

He aquí, Almachen. Un lugar que reúne a personas con muchísima imaginación que ven en los residuos materiales funcionales para la creación de distintos elementos. Se trata de buscar alternativas a lo visto y conocido por todos. Yo me saco el sombrero realmente. Hacer una cartera con retazos de tela, un delantal de cocina con plástico y papel, collares con vidrio o zapatillas de bebé con pedacitos de cuero, no es moco de pavo.



Cooperativas de trabajo son las responsables de llevar adelante esta tarea que garantiza una producción sustentable y responsable. Ojo, la idea no es convertir en “algo” cualquier residuo, sino que hablamos de cosas lindas, diseñadas con estilo y destinadas a un uso directo. Basta ver las fotos.


Lejos de ser un proyecto exclusivo, Almachen invita a participar de este desafío creativo a todos aquellos con ideas locas que tengan ganas de divertirse, ayudar al cuidado del ecosistema y, por qué no, empezar un nuevo negocio.














Visitá la página y curioseá un rato:   almachen3.blogspot.com

Trabajo por un mundo solidario

La idea es simple: se pone en marcha el motor, distintas entidades y organizaciones que buscan ayudar a la gente proporcionan el combustible y se arranca!


Motor de Ideas está formado por un equipo de comunicadores, también formados en distintas áreas como la salud, educación, las artes, el diseño, la literatura y la docencia que fundamentalmente los reúne un factor: todos tienen ideas. Ellos creen que un mundo mejor es posible y para cooperar con esta causa, buscan difundir proyectos a los que los medios no les dedican suficiente espacio; a partir de éstos, generan debates para que todos aquellos interesados puedan participar.

Distintas IDEAS día a día permiten construir una sociedad más justa y solidaria, por eso, merecen ser destacadas: este es un espacio para que digan PRESENTE y puedan ser conocidas masivamente.  De esta manera, como explican los integrantes de este organismo, se busca ir desde los pensadores clásicos hasta los nuevos,  para reflejar toda forma de expresión y de acciones de organizaciones sociales, culturales, educativas, de salud que se producen en el país y, muchas veces, no cuentan con la difusión suficiente. Fundamentalmente, son el puente entre los organismos y los medios.

Cuadrados por un sueño

Todo empezó porque vio llorar a alguien y no quiso que pase de nuevo. Karina Rodríguez, médica neonatóloga del Hospital Morón, estaba de guardia cuando la llamaron desde el sector de seguridad del hospital. Buscaban a un médico que dictaminara que debía hacerse con una mujer que se estaba yendo con una manta que no le pertenecía. En términos más crueles, se la estaba robando. La mujer, con su bebé en brazos envuelto en la mantita en cuestión, lloraba desconsoladamente. Así que Karina les dijo que la dejaran irse.


Una semana después, la llamaron de la dirección del hospital, esta vez para retarla. No se podían regalar las mantas del hospital así 
nomás. Así que Karina decidió tomar las riendas de la situación. ¿Cómo hacer para conseguir que las mujeres de bajos recursos tuvieran mantas donde llevarse a sus bebés, pero sin gastar una fortuna comprándolas? Se puso a tejer cuadraditos de lana junto a su madrina Olga. Diez centímetros de lado. A los 36, a unirlos.

Cuando se inundó Tartagal, en Salta, Karina sintió que desde su pequeño proyecto podía ayudar allí también. Pero necesitaba ayuda, porque por muy buena voluntad que tuvieran, dos personas no harían demasiado. Y así empezaron a difundir la idea, por mail y facebook. “Como teníamos que ponerle un nombre que despertara curiosidad, elegimos Tejiendo por un Sueño” cuenta Karina, como para justificar la denominación tinellesca.

De repente, “la cadena se transformó en algo descomunal y el grupo hoy tiene más de 1100 miembros”. Karina tuvo que dejar de hacer cuadraditos y ocuparse exclusivamente de los bordes, uniendo con crochet las 36 piezas que forman cada manta. La cadena adquirió vida propia y se sumaron tejedoras de distintos barrios porteños, de varias provincias e incluso del exterior: hoy llegan cuadraditos de España y Estados Unidos y hay agujas activas en Venezuela.

Todo empezó aquella noche hace 10 años. Hoy, la cuenta va en 22.000 cuadraditos. Hasta hay un ranking de tejedoras. Entre ellas está Ana Jacobovich, una abuela de 83 años, con 231 cuadraditos tejidos. “Ahora estoy ocupando el puesto número 20, adelanté mucho en el último tiempo”, relata, orgullosa de su lugar en el ranking. Ya usó toda la lana que tenía en su casa y tuvo que salir a comprar madejas. “Por los niños hay que hacer de todo. Y como no puedo hacer otra cosa, tejo.”




Para convertirte en tejedora, o si conocés a alguien que quiera sumarse, te dejamos los datos!

Karina Rodriguez: matiaskarina@hotmail.com

Grupo en Facebook: Tejiendo por un sueño

TODO SE RECICLA

Estoy de viaje, estoy en NY! La ciudad de las luces, del taco bell, de brodway y de mc donalds.

En la ciudad del consumo, todo se recicla, la basura se separa no solo en la calle sino tambien en las casas y en los museos . Si en tu casa no tiras en tachos separados o si te ven en la calle tirando en lugares incorrectos te pueden poner una multa desde cincuenta a dos mil dolares!



este es uno de los tachos en el techo del met.
y este es un tacho que esta en el subte:



De verdad, es para imitar!

KARUMBÉ: protegiendo el ecosistema


Ayudar a la conservación del medio ambiente, también te transforma en hormiga. Les presento a Luciana:

Ella es bióloga y forma parte de KARUMBÉ, una asociación conformada por un grupo de jóvenes estudiantes, biólogos, veterinarios y maestros con el fin de conservar los recursos marinos de la zona. ¿Por qué Karumbé? Esta palabra, significa tortuga en guaraní y esta es la especie que se investiga y protege en el área de Cerro Verde de la costa uruguaya. “Las tortugas son la bandera o el emblema porque son animales carismáticos. Pero la misión va más allá de eso”, confiesa Luciana. Se las utiliza como bandera porque si se logra conservar el ambiente propicio para el desarrollo de la tortuga, al mismo tiempo se estará colaborando para el mantenimiento de todo un ecosistema.


Por menos basura

Karumbé captura tortugas marinas para estudiarlas y curarlas. Con el tiempo, descubrieron que muchas de las tortugas aparentemente sanas, defecaban plásticos. Es por eso que decidieron trabajar la problemática de la contaminación con los chicos de las escuelas locales: hacen limpieza de las playas y este año están tratando de introducir la utilización de las bolsas de tela, en lugar de las de nylon, para empezar a reducir la cantidad de basura, reutilizar y reciclar. Reciclar es más difícil porque se necesita de una estructura. Pero reducir y reutilizar es algo que se puede hacer sin muchos recursos. “Cada día trabajamos más en educación ambiental. Los chicos son como esponjas. Por eso es mejor trabajar con los chicos. La idea es que los chicos contagien a los padres”.


Brindar alternativas

Luciana me cuenta que “la conservación no es cerrar un ambiente y que no se pueda hacer uso. Sino que refiere a hacer un uso moderado, con el objetivo de poder utilizar el recurso por siempre”. Se busca fomentar eso y brindar alternativas, para que cazar tortugas no sea una necesidad. Luciana admite, equilibrada, que “a un pescador que no consigue pescado no le podes prohibir que no se coma la tortuga que le quedó porque posiblemente no tenga otra cosa que comer. Entonces, la idea es brindarle otra opción”. Ella intenta que, “en lugar del consumo directo se explote el ecoturismo; que en vez de vender un caparazón, les enseñen a los artesanos una técnica para sustituirlo por otra cosa”.

“Queremos generar una identidad en la comunidad local y esperamos que algún día tomen a la tortuga marina como algo suyo”. A Luciana se la escucha entusiasmada. Me cuenta que los turistas entran al pueblo preguntando por las tortugas marinas. Podría decirse que la meta, poco a poco, está siendo alcanzada.

Recuperar lo perdido...

Es difícil pararse cada mañana, en el tren o el subte, frente a tantas personas. Lo más difícil es, quizá, aprender a mantener la frente en alto cuando dicen que solían ser adictos a la droga o al alcohol. Pero el miedo y la vergüenza se desvanecen de a poco cuando la gente los mira. Y los escucha contar como encontraron la manera de cambiar su realidad.

Quienes cuentan esto son chicos que hoy forman parte del hogar Un encuentro con Dios. Pero que alguna vez estuvieron en la calle codeándose con las tentaciones que otros les ofrecían. El Hogar, además de ayudar en la recuperación de adictos a la droga, alcohólicos, y todo tipo de marginados e indigentes, les da una oportunidad más, no menos importante: creó para ellos un sistema laboral para poder integrarlos nuevamente a la sociedad de la que a veces se sienten excluidos. Entre las posibilidades que se les ofrecen, está la de cocinar sus propias delicias de panadería. Y después, como en todo trabajo, salir a venderlas.

No es fácil. Porque las personas solemos juzgar a quienes alguna vez se equivocaron. Pero ellos saben que el trabajo y empeño que ponen en cada bandeja de masitas, bizcochitos o scones los acerca más a la nueva vida que quieren construir. El hogar Un encuentro con Dios no busca solo la recuperación física de la persona, sino que vuelva a tener fe en sí misma, autoestima y, por sobre todo, que cada chico que se acerque sepa volver a descubrir las habilidades, saberes y deseos que quedaron a un costado en el pasado.

lunes, 11 de abril de 2011

PAYAMÉDICOS: parte II


Ayer a la noche tuve el honor de charlar un rato por teléfono con Mica. Ella es estudiante de medicina. Hace dos años vio un aviso de Payamédicos en el diario y empezó el curso. Fueron 3 meses de clown, otros 3 de clases de psicología más las pasantías. Todo eso para llegar al gran día de la paya entrega, donde junto con todos sus compañeros del curso recibió el título oficial.


"Yo considero a Payamédicos adictivo", cuenta con voz de quien está apasionado con lo que hace. Todos los sábados a las 2 de la tarde, se junta con los colegas en el hospital Udaondo, donde hay muchos pacientes, chicos y grandes, que los están esperando. Al llegar leen algunas historias clínicas, charlan con las enfermeras acerca de los pacientes más delicados, se dividen en grupos y, finalmente, salen a escena.

Extraterrestres

Ellos no son de este planeta, son de Saturno. No conocen nada de lo que hay en la Tierra. Por eso, van de sala en sala pidiéndole a los pacientes que les cuenten cómo es el lugar donde viven, las cosas que les gustan y las personas que aman. De esta manera logran que ellos abandonen por un rato el triste ambiente de hospital, que distraigan la mente, que sonrían.

Pero esto no lo hacen solos. Como todo payaso y como todo médico, ellos tienen instrumentos que les son de mucha utilidad! Por ejemplo, nunca les falta su estetoflorio, un estetoscopio con una flor en la punta; también poseen una jeringaraca, mitad jeringa y mitad maraca que usan como instrumento musical. Esta transfomación que sufren los objetos con los que conviven a diario sirve para que los miren de manera diferente, como algo lindo.

Otra forma de hacer medicina

Cuando le pregunté a Mica por qué le gusta ser Payamédica, le costó encontrar palabras para describirlo. "Es muy lindo. El paciente te agradece tan profundamente...", dijo con vos de quien está lleno de amor. "Ha pasado que hemos visitado pacientes que estaban en terapia intensiva, muy graves, y después, cuando pasaron a la sala, me dijeron que recordaban cuando habíamos ido a verlos. Esas son las cosas que me sorprenden".

Ella me cuenta que antes era mucho más cerrada, médica de librito. Pero hoy, considera que la medicina es otra cosa. "Para mí todo estudiante de medicina debería ser payamédico, porque se logra cambiar la relación médico-enfermedad, por una relación con una conexión más humana", dice segura. "Al buen doctor no lo hacen los promedios, sino otra cosa".


Cortamos el teléfono. Era tarde y al día siguiente tenía un día larguísimo. Pero saber que hay gente que hace cosas tan lindas, hizo que me fuera a dormir con una sonrisa.

Payamédicos: parte I

No sé por qué será, pero reírse hace bien. Va, eso es lo que se dice…
Primero se contrae la panza…
Después van cambiando las facciones de la cara...
Se va deformando la línea de la boca y se dejan entrever los dientes…
Por último, el ruido…
Risas agudas, graves, entrecortadas, eternas, contagiosas, sutiles, estridentes, hay millones…

Ellos hacen reír. Son mitad médicos o estudiantes de medicina y mitad payasos. Se hacen llamar PAYAMÉDICOS. Los definiría como excéntricos hazmerreíres que dedican su tiempo a sacarle una sonrisa (por más chiquita que sea) y a mejorar la salud emocional de chicos y chicas que se encuentran internados, en terapia intensiva o en los pasillos de los hospitales.


Podemos nacer en distintos lugares, tener distinto color de piel, hablar diferentes lenguas, ser pobres, ser ricos, pero la risa es universal. Es una expresión de felicidad que supera culturas.

PROXIMAMENTE: PAYAMÉDICOS

¡Poné Mediapila!

Cuánto más fácil y provechoso sería si todos diéramos una mano y enseñáramos lo que es un oficio, una responsabilidad, un trabajo; cuánto más divertido sería si entre todos aprendiéramos a ponerle un toque de color hasta a las cosas más grises.

Nadie habla de una tarea fácil, pero tampoco imposible.

En este blog ya desfilaron muchísimos voluntarios que pusieron su esfuerzo y buena onda para salir adelante, para dar una mano a los que menos tienen y más necesitan.

Bueno, esta historia no va ser la excepción. Sin embargo, va a ser una de las que a mí más me sorprendió, fundamentalmente por el alcance y el crecimiento de un proyecto que empezó tamaño hormiga y terminó superando expectativas.

Mediapila es una organización sin fines de lucro que tiene un objetivo claro: insertar en el mundo laboral a mujeres que viven en condiciones de pobreza o indigencia. ¿Pero cómo? Formándolas en la industria textil, más precisamente, en la confección y el estampado de remeras.

José Sarasola, director y fundador del proyecto, empezó todo con un mail basado en una idea con fundamentos y con vista a futuro, algo bien pensado. Fue así que se prendió un amigo y después otro, hasta armar un grupito interesante. Con un capital acotado, se compraron 2 máquinas de coser y se enseñó a mujeres la técnica y el oficio de la costura.

Con el paso de los meses, se abrió un primer taller, luego un segundo y así sucesivamente hasta llegar a crear un centro de capacitación propio. “Lo que esperamos, en todos los casos, es que los talleres puedan independizarse y comenzar a conseguir su propia clientela”, cuenta José.

Luego de tres años y medio de esfuerzo y dedicación, Mediapila creó una marca de ropa solidaria, se financia por medio de la venta de remeras y permite que decenas de madres ganen un sueldo y tengan un oficio, una motivación.


Quién iba a decir que un mail común y corriente, igualito al que podría mandar cualquiera de nosotros a sus amigos, iba a terminar en este noble proyecto.
Si queremos, podemos.


¿Quéres contactarte con Mediapila?

Padrinos

A Juani se lo nota entusiasmado. Es que hace algunos meses, él y 8 amigos están rearmando la Asociación Civil San Gabriel Hace Norte. Un proyecto que comenzó su papá y que ahora ellos se ponen al hombro. 


En el secundario ya iba a Formosa en viajes solidarios con el colegio y a misiones espirituales con la parroquia. Los destinos: Colonia toba La Primavera y los barrios de la Laguna Nainek. Problema: en general ninguno de los chicos terminaba el secundario.

Es que son lugares de gente en situación de pobreza, donde no hay una cultura de la educación. Para la primaria es más fácil porque queda dentro de la comunidad. En cambio, la escuela secundaria queda a 5km, en el pueblo. El problema de la distancia, junto con la necesidad de trabajar y la paternidad precoz constituyen una suma de impedimentos para la finalización de sus estudios. 

"Andino", por Sofía S.
Un día, a Juani lo acompañó su papá en uno de los viajes y se le prendió la lamparita. Junto con Dominga Gómez, directora de la escuela de la comunidad y la maestra Ana, Raúl Fumeo creó Padrinos.

Desde entonces, se puso en práctica el proyecto que consiste en 4 partes:

1. Tutorías pedagógicas para impedir que abandonen el colegio
2. Viajes de estudio a Bs. As
3. Ayuda económica
4. Acompañamiento 




Lo material no es lo más importante

“Nuestro objetivo no es hacer asistencialismo. En Formosa se manejan mucho con subsidios y becas. Pero nosotros queremos esquivar eso. No porque sea malo, sino porque no hay seguimiento”, cuenta Juani. Él viaja cada 3 meses, va a charlar con los chicos, a saber qué les pasa. Como expresó Raúl en una nota al diario Clarín, “lo material no es lo más importante”. 


“Queremos hacernos grandes”, afirma contento, al contarme que están buscando nuevas tutoras y sobretodo fondos, cosa fundamental que hace falta para que más chicos puedan contar con el programa. Hoy son 20, pero si la gente se asocia, pagando una cuota mensual o decide apadrinar a alguno, la cifra puede ascender más y más. 

De alumno a maestro 

En la voz de esta hormiga hay satisfacción. Es que me cuenta que 2 de los chicos del programa están haciendo un profesorado de Lengua y otros 2 se están recibiendo de asistentes sociales. 
Hacer este tipo de cosas está bueno y no cuesta tanto… ¡se buscan padrinos! 


* ¿Cómo empezó?, lee la nota que el diario Clarín le hizo a Raúl ! -> http://bit.ly/9rOHUW 

* Asociate a SGHN -> http://bit.ly/9mKncp

Maestros!

Todos los sábados, todos los meses. Pero vale la pena, porque cuando ellos los ven llegar, sus caritas se llenan de sonrisas.

¿Quién diría que adolescentes de 20 años son capaces de dar a otros todos los sábados del año? Porque ellos estudian, trabajan, hacen muchas cosas. Y el fin de semana solo quieren descansar. Pero piensan que vale la pena sacrificar un poquito de lo suyo para dar a otros. “Ellos” son un grupo de chicos y chicas de la parroquia San Egidio. Hace dos años decidieron cambiar sus tardes habituales de sábado por otras distintas: van a las villas de Barracas y dan apoyo escolar a muchísimos chiquitos que no lo tienen en otro lado. Los ayudan con la tarea del colegio, les explican lo que por ahí no llegaron a entender. Pero no solo eso; hacen algo más. Al “estudio” lo condimentan con ingeniosos y divertidos juegos, que no solo entretienen: tienen también la implícita intención de mantener a estos chicos fuera de la calle el mayor tiempo posible, para no verlos caer ante lo que pierde a tantos chicos hoy.

Estos “maestros” apuestan a un futuro mejor para estas personitas que, a pesar de la situación en la que la vida los puso, aún tienen la posibilidad de ir a la escuela. Quienes les enseñan todos los días hacen lo que pueden. Y después están ellos, que decidieron y siguen decidiendo sábado a sábado poner a “sus alumnitos” antes que cualquier otra cosa.



Fuente: flickr.com

Un sueño musical

El domingo pasado La Nación Revista cumplió 40 años y publicó una edición especial. En una de sus notas llamada "40 historias con futuro", conocí la historia del padre Francisco.

Él es un hombre que trabaja en la iglesia más antigua que conserva la ciudad de Buenos Aires. La iglesia San Ignacio de Loyola comenzó su construcción en 1686 y fue bastión de defensa durante las Invasiones Inglesas de principios del siglo XIX. Más de 400 años después sigue más viva que nunca, dedicada a la actividad espiritual de siempre y, además, comprometida con la actualidad porteña.

Es por eso que la parroquia desarrolla acciones de asistencia y promoción cultural. ¿Qué podría ser mejor que combinar las dos?




Fuente: lanacion.com


Entre muchas otras actividades, el padre Francisco se ocupa de la reinserción de niños del barrio. El objetivo es que no estén todo el día en la calle y que encuentren una motivación, algo que los apasione y los aleje de las drogas y la delincuencia que los rodea permanentemente. Dentro de este marco apareció la música.

Y resultó. Después de dos años, la idea de armar una orquesta, mejor dicho, una escuela orquesta, hoy es realidad. Hace cuatro meses 60 chicos están aprendiendo las primeras letras. La actividad les demanda mucho tiempo y esfuerzo, por suerte, también los enaltece y los dignifica. Le da un motivo a sus vidas y una esperanza de pelear por un futuro diferente al que la mayoría de los chicos como ellos, ni sueña  poder tener.

Vamos, por muchas más historias con futuro.

Maestro y amigo

Llegué a la esquina acordada (Guzmán y Jorge Newbery), esperé unos minutos, y luego apareció Juan con su bastón blanco. Debo reconocer que nunca antes había tratado con un ciego, no sabía como dirigirme ni como saludarlo. Fue más fácil de lo que pensaba, dije su nombre y luego el mío, apoyé mi mano derecha sobre su hombro izquierdo, le di un beso y empezamos a caminar hacia una de las dependencias del Gobierno de la Ciudad (donde él trabaja).

Juan perdió la visión hace aproximadamente 14 años a causa de un accidente laboral, antes de eso se desempeñaba como chapista, más precisamente era soldador. Parecía acordarse de todos los detalles a la perfección: era verano, el calor era extremo, sus ojos se irritaban e hinchaban. En la sección en la que trabajaba sólo había un par de antiparras, que compartían entre todos.  Por el uso extremo, las gafas se rajaron y fue por allí que entró el chispazo que alcanzó su ojo derecho.



Fuente: latinstock.com


A partir de ese momento pensó en lo peor, no sabía cómo iba a hacer para mantener a su familia hasta que le ofrecieron trabajar en esa nueva oficina del Gobierno. “Fabrico escobas, eso es lo que hago”, cuenta. Sin embargo fue modesto y omitió lo que a mi más me interesaba y sorprendía. Su trabajo no termina ahí, también enseña a quienes perdieron la visión a manejarse en un mundo amenazante, les muestra que existe un lugar para ellos y que la ceguera no es el fin del mundo.

Luego de hacer una visita guiada por el lugar, Juan me presentó a Gustavo y a Bernardo (dos compañeros y amigos), me invitaron un café con medialunas, me preguntaron sobre la carrera y me pidieron que me transformara en la nueva “Malnatti” para que haga llegar a la sociedad las miserias de los que más sufren.

Panamericana y 202

Bancalari, Partido de Tigre, a 20 minutos de capital, el 15 te deja en la bajada de la autopista. Yo estoy sentada en un sillita en una ludoteca cortando corazones en hojas de computadora que unos cuantos chiquitos se los van a regalar a su mamá el domingo.

Cuando le conté a mi papá que venía, se asustó y me preguntó en que andaba, hace unos días con cartoneros, ahora a la villa, me dijo que no me daba el auto, que vaciara mi billetera y que llevara documento por las dudas. Me dio un beso como si me fuera a inmolar y me dijo “por favor cuídate”. No sabía donde me metía y yo tampoco. Al final no era para tanto, ahora estoy rodeada de caritas preciosas en el patio de una parroquia pintando cosas para sus mamás. Felisa me preguntó si tenía mamá y yo le dije que sí, entonces me sugirió que hiciera una tarjeta para la mía y me dio una boligoma flúo.

Las ludotecas son un proyecto del Arzobispado de Buenos Aires, hay tres, una de ellas es ésta, tienen varias coordinadoras que van todos los días y muchos colaboradores. Yo soy una de ellas. Hoy es mi primer día, me toca una vez por mes.

Ah, también esta Roland o Rolando, un alemán que vino a hacer “charity” a  Argentina y les enseña a los más chicos a cuidar las plantas, ya hay una que esta echando raíces.

La Recuperadora

Es sábado. Son las nueve de la mañana. Y a diferencia de cualquier otro sábado en el que estaría durmiendo hasta el mediodía, hoy madrugué. Estoy recorriendo las calles de mi barrio, pero no son las mismas. Estoy con Julia.

Ella tiene 60 años, es santiagueña y desde los doce vive en Buenos Aires. Tiene cinco hijos: cuatro biológicos y uno del corazón. Está terminando séptimo grado en una escuela nocturna y vive en una casa tomada en Palermo. Ah, me olvidaba… es recuperadora.

La crisis de 1989 la convirtió en una desocupada y fue ahí cuando empezó a cartonear. “Vivía en la calle con los chicos, trabajaba vendiendo cartones o botellas cuando todavía nadie lo hacía. Después vinieron tiempos más duros y teníamos que comer de la basura”. No le gusta recordar esos tiempos, sufrió mucho.

elCeibo2

Fuente: coperatceibobcbb.blogspot.com

A principios de los ‘90 conoció a otras mujeres que estaban en la misma situación y al relacionarse se dieron cuenta que aspiraban a lo mismo: una vida mejor. Ahí nació la idea de El Ceibo, una cooperativa en la que trabajan ochenta personas. “No nos definimos como cartoneros, sino como recuperadores.

Recorremos las calles recibiendo bolsas de los edificios, separando de estas el material que no es basura, la subimos a los camiones hasta un galpón donde se agrupa todo para vender”. Julia cuenta orgullosa que nunca pensaron que la organización podía crecer tanto. Hoy cuentan con cuatro camionetas, un camión grande, un galpón y los ingresos necesarios para pagar los impuestos y sueldos en blanco a todos los trabajadores a fin de mes.

Un bajón. Empezó a llover y nos estamos mojando mucho. Lo que es peor, es que el cartón mojado no sirve; sin embargo, Julia dice que no vamos a suspender el recorrido. Luego de tres horas de caminata estoy cansadísima. Me duelen los pies, pero me da mucha vergüenza demostrarlo. Pensar que ella tiene tres veces mi edad y hace esto todos los días. No puedo quejarme… en unas horas me voy con mis amigos a Mar del Plata a pasar el finde largo, que locura.

Como ya dije, las calles de mi barrio no son las mismas. Porque las estoy viendo desde los ojos de Julia. La gente (de mi clase social) pasando por al lado nuestro con lindos autos, con trabajos sin olor, que nos mira raro porque trabajamos con los residuos, a la que el carro de cartoneros los pone de mal humor, por ocupar lugar viste.

En una de las calles me encontré con mi tío que me preguntó: ¿Qué hacés juntando basura? Y me dí cuenta que estando de este lado la basura deja de ser basura para ser plata, para ser la comida de los hijos de 80 personas, para ser una manera digna de salir adelante, para ser la vida mejor que Julia soñó.


"Algún día voy a tener lo mío..


Pato está terminando quinto año en un colegio del barrio El Molino, un asentamiento de viviendas pobres y calles de tierra. Creía que después de eso, se acababan las oportunidades que le dieron la vida y su situación en cuanto a progresar y poder seguir estudiando. Y lamentablemente, no se trataba solo de su futuro, sino también del de sus 11 hermanos y su papá…su mamá se fue hace tiempo…

Conoció entonces el Taller San José, un centro de capacitación comunitario que está sostenido económicamente por una comisión voluntaria de gente. Allí vio esa nueva puerta que se le abría, y eligió el curso de panadería para aprender a cocinar y poder llevar a su casa lo preparado en el día.


Fuente: Taller San José

En algún momento, no recuerda cuando, alguien le contó sobre el programa de Microcréditos. Averiguó que el objetivo era otorgar préstamos para fomentar pequeños emprendimientos que le permitieran a la gente salir adelante, empezar a mantenerse por sí mismos y no depender de programas o planes del gobierno que hoy están pero quizá mañana no. "Yo algún día voy a tener lo mío, mi propio negocio, y con lo que haga mis hermanitos van a poder estar un poco mejor" cuenta Pato, ilusionada.



Todos los que trabajan en el taller para sacar adelante a tantas chicas y chicos como Pato lo hacen voluntariamente. Les enseñan desde panadería y confitería hasta herrería y carpintería...Lo hacen para que tantas chicas y chicos no busquen quien sabe que otros caminos para salir adelante. Y para no olvidarse ellos también de quienes muchos olvidan.