jueves, 26 de mayo de 2011



Hoy se cumplen 45 años de que la Guayana británica, actual Guyane, consiguió la independencia. Con esta excusa, comparto con una nota que escribí sobre los invisibles de acá nomás…






En un mundo cada vez más globalizado, la comunicación se vuelve incontrolable. Va a velocidades inimaginables y llega a cualquier rincón del planeta. Estando en Argentina, se sabe que diez minutos antes Norcorea hizo un ensayo nuclear o que tan sólo unas horas atrás se produjo un incendio en Australia. Pero este rápido acceso a la información muchas veces hace que se sepa más lo que sucede en el otro extremo del mundo, que lo que acontece en el propio continente. Los argentinos, ¿conocen más sobre los países de América del Sur que de EEUU o Europa? En muchos casos, esto no es así. Hay países mucho más cerca de lo que se piensa, sobre los que no se sabe nada.



Guyana y Surinam son los invisibles de acá nomás. La mayoría de la gente conoce sus nombres, los estudió en geografía del secundario, pero no sabe qué hay allí.



Estos países se encuentran dentro del territorio de América del Sur, sin embargo, están aislados. No mantienen relaciones estrechas con los demás países, lo cual tiene una explicación. Como afirma Lic. Ignacio Labaqui, Profesor Asistente en la Cátedra de América Latina en la Política Internacional de la Universidad Católica Argentina, “la mayoría de los países del Cono Sur pertenecen a la comunidad de América Latina. Por una generalización se los incluye a estos cuando, en realidad, no tienen un origen latino, sino anglosajón. Por eso no comparten ni la lengua, ni la tradición.” Otra razón es que “estos países se independizaron hace aproximadamente treinta años, igual que las islas del Caribe, por lo que tienen muchas más cosas en común con los países anglófonos, que con los sudamericanos”, como expresa Andrea Rosconi, especialista de America Central y el Caribe de la Cancillería Argentina.



En Argentina, el trato con estos países es muy escaso. No hay un gran comercio ni relaciones diplomáticas significativas. Pero hay días en el año en que haber entablado un buen diálogo con sus dirigentes se vuelve importante. Andrea Rosconi, respecto a su trabajo diario, cuenta que “lo que importa de estos países es que en cualquier organización internacional donde hay procedimiento de decisiones donde se hace un país igual a un voto, hay que intentar tener el voto a favor. En la OEA, los votos de éstos, por más pequeños que sean, valen igual que el de EEUU o Canadá. Forman parte del comité de los 24 y en nuestro caso, que año a año presentamos un reclamo por las Islas Malvinas, nos interesa su voto para salir favorecidos. Tratamos de mejorar relaciones apoyando proyectos y así lograr una relación cordial.”



Lo malo de estos países, es que si uno sí tiene ganas de conocerlos, la tarea se vuelve muy difícil. Teniendo los diarios virtuales archivo desde 1995, los artículos sobre Guyana y Surinam son prácticamente inexistentes. Aunque no se conocen, en estos lugares todo el tiempo pasan cosas: conflictos étnicos, problemas de narcotráfico y elecciones fraudulentas son algunos de los sucesos que no se cuentan. Para Ignacio Labaqui, éstos se encuentran en la periferia de la información: “son países muy chiquitos, tienen una ubicación geográfica marginal y tampoco tienen conflictos muy grandes. Entonces, no llaman la atención ni por cosas buenas, ni por malas.”



La pregunta es, ¿qué tendría que pasar para despertar la atención de los medios internacionales? Tiene que haber un hecho que los ponga en el centro de la escena pública: tal vez sea necesaria una revolución, como sucedió en los años ’80, que hubo una comunista en la isla Granada, que, hizo EEUU enviara tropas al lugar, logrando este pequeño estado sus quince minutos de fama. Otra opción podría ser un evento internacional importante. Al realizarse en Trinidad y Tobago la Cumbre de las Américas, información sobre la isla estuvo accesible en todos los medios, a modo de ediciones especiales o suplementos de turismo. Algunas otras alternativas podrían ser desastres naturales, o como expresó Labaqui, “si se descubriera que Al Qaeda tiene sede en Surinam…”



En fin, tal vez haya que esperar un súper acontecimiento para volver a saber de ellos.



@vickycasaurang

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